Hay un sonido cuando caminas, corres, comes, piensas o cuando duermes. Equilibrarse significa encontrar tu propio pulso. La vibración personal es la acumulación de sonidos gratos o ingratos que están en tu interior. Entonces cuando una persona está desequilibrada está fuera de sí, está funcionando a un pulso distinto a su propio ser.
La terapia con sonido consiste en armonizarse con el sonido Universal. Pero antes de lanzarse a la armonía con el sonido universal, es necesario armonizarse internamente, consigo mismo. La musicoterapia sirve de unión entre los cuerpos internos sutiles con nuestra esencia.
Cada una de nuestras células, moléculas y átomos, están construidas con una serie de sonidos, y de la misma forma pueden ser destruidas por un sonido. La música llena el espacio, invade todo. La música es la vibración que nos hace ser creativos, positivos y que eleva el espíritu.
Cada palabra es un sonido también, cuando conoces el nombre auténtico de cada cosa, conoces el secreto y la esencia de las cosas. Los grandes Maestros como Buda, Jesús, Quetzacoalt o Ghandi, usaban mantras que producían una transformación en la mente de los demás.
Cuando el ser humano domine el sonido, su propio sonido, descubrirá que tiene un nombre original, un Nombre Nuevo, compuesto por una serie de letras que al pronunciarlo, se aproximan al sonido de su esencia. Cuando descubrimos nuestro sonido interno, tenemos nuestro propio diapasón, y podemos tocarlo para llegar a las esencias de los demás. Con nuestra música o sonido interior podríamos inclusive, hasta transformar inmediatamente un ambiente.
La música o el sonido es una experiencia, es una vivencia. Nadie puede definir, describir, ni hablar de ella, es como tratar de definir la libertad.
Extractos del libro: Arte y Superconciencia de Suryavan Solar.
