Cuando hablamos de abundancia, la mayoría de las personas pensamos en dinero. Es una palabra muy atractiva, pues cuando pensamos en ella, por lo general, nos imaginamos satisfaciendo todas nuestras necesidades y deseos sin límites.
Cuando hablamos o pensamos en la abundancia, es como si automáticamente nuestros miedos y preocupaciones desaparecieran, porque sentimos que podemos acceder a todo.
Es como si las palabras miedo y límite fueran opuestas a abundancia. Y curiosamente, en los años que he trabajado como Coach, me he dado cuenta que nuestra labor es justamente esa: “conectar a las personas con su abundancia interna” es decir, apoyar a eliminar los miedos y límites que la mente crea.
Abundancia es tener la capacidad de comprender que yo puedo atraer hacia mí, las oportunidades correctas y aprovecharlas. Es confiar en mi potencial. Abundancia es sentir que el mundo (la Madre Tierra o Universo) nos provee constantemente de lo que necesitamos y de lo que pedimos. Abundancia también es un estado de consciencia al cual nos conectamos o nos desconectamos.
Si nos detenemos a pensar por un minuto, todo abunda en este planeta ¿Cuánta abundancia hay en tu existencia?
Abundan las personas (casi 7 billones), abundan pensamientos en nuestra mente, abundan emociones dentro de nosotros, abundan los colores, las gotas de agua en el océano, los cristales de arena en las playas, abundan los átomos, abundan los rayos de sol, abundan estrellas en el cielo, soles, planetas y galaxias. Y a pesar de toda esta abundancia, nuestra mente se empeña en pensar que realmente existen límites y que no hay de todo para nosotros ni para los demás.
Creemos tanto en la escasez, que ya la estamos materializando. La escasez externa no es más que el egoísmo interno que tenemos en cada uno de nosotros. Porque no somos capaces de donar una parte de nuestro dinero, no queremos donar nuestro amor, no queremos regalar sonrisas o nos cuesta ser generosos.
Observa por un instante ¿Cuáles son los momentos de tu vida donde te pones límites? Y pensando en ese límite hazte la siguiente pregunta: ¿si este límite no existiera, qué estarías haciendo? ¿cómo te sentirías? (describe tus emociones) ¿cómo actuarías? (describe tu acción).
La abundancia es sólo un pensamiento y tu puedes elegir “sintonizarte” con esa energía.