Hay tantas cosas que decir sobre el miedo, pero en este texto lo que haremos será tratar de comprenderlo. Lo primero que debemos hacer es aceptar que vivimos con miedo y que él siempre nos acompaña, casi que 24 horas al día en nuestra mente y algunas veces se nos mete en el cuerpo también. Él es el encargado de reprimirnos, de no permitirnos disfrutar, ni vivir en libertad o no lograr nuestros sueños. Él es como un compañero “fiel”, por eso debemos comprenderlo para poder usarlo a nuestro favor en vez de que trabaje en nuestra contra.
1- El miedo está en la mente
El miedo en realidad es una serie de pensamientos negativos o como lo describe Suryavan Solar: “El miedo es el deseo obsesivo de lo que no quieres que suceda”. Es decir, el miedo usa nuestra imaginación para proyectar en la mente una película de terror. El miedo trae una y otra vez episodios traumáticos del pasado y los proyecta en un posible futuro, haciéndonos creer que es verdad. Es decir, el miedo es 100% ilusión, no es real.
Sabiendo esto, debemos entonces utilizar nuestra misma mente para poder atacar el miedo y ser más inteligentes que él. Lo primero que debemos preguntarnos es: ¿A qué le tengo miedo? A hablar en público, a que se burlen de mí, a fracasar, a que me hieran de nuevo, etcétera. Haz una lista de todos tus miedos y escríbelos. Una vez hecho esto podemos pasar a la siguiente etapa.
2- Las reacciones del miedo
Si sientes que te quedó difícil hacer la lista, esto te puede ayudar bastante para detectar dónde se oculta el miedo. El miedo hace que tengamos tres tipos de reacciones:
- Nos paraliza. Este estado es muy común en los momentos de shock, que es cuando no sabemos qué hacer, cuando no le encontramos rumbo a nuestra vida o incluso, estamos deprimidos.
- Hace que huyamos de alguna situación. Esto es típico de las relaciones de pareja o de situaciones en la oficina que hacen que evadamos la confrontación.
- El miedo nos hace atacar. Esta reacción está caracterizada por los ataques de rabia.
¿Cuál es tu reacción frente a las situaciones de la vida? ¿huyes, te paralizas o te dan ataques de rabia y comienzas a pelear con todo el mundo? Detrás de cada una de estas reacciones se esconde un miedo ¿Ya lo detectaste?
3- La raíz del miedo
Existen tres grandes tipos de miedos:
– El miedo al rechazo o al “qué dirán”.
– Miedo al dolor o al sufrimiento.
– Miedo a la muerte.
Clasifica cada uno de los miedos de la lista que hiciste, con base en estas tres categorías. El primer grupo (el miedo al rechazo o al “qué dirán”), es un miedo relacionado con la comunidad o sociedad. El ser humano depende de otros seres humanos por lo tanto, cuando nos sentimos excluidos nuestra supervivencia comienza a peligrar. El segundo grupo corresponde a miedos relacionados con el sufrimiento emocional o inclusive físico; todos evitamos sentir dolor, pero como explicó Buda en su primera noble verdad: “El sufrimiento existe y todos debemos pasar por él”, así que entre más evitemos el dolor, más nos atormentará. Y el último grupo es la raíz de todos los miedos: el miedo a la muerte, incluso los miedos anteriores en el fondo tienen como raíz el miedo a la muerte. Todos le tenemos miedo a la muerte y de hecho es lo único seguro en nuestra vida, por lo tanto debemos aprender a enfrentar la muerte como tal, así como las pequeñas muertes de nuestra vida. Recuerda que todos los miedos vienen del miedo a la muerte.
4- Superar el miedo
Cada miedo que detectamos es una oportunidad de crecimiento, por eso es importante:
- Escribirlos.
- Observar qué reacción que me provoca.
- Saber cual es su raíz, saber de donde proviene.
Cuando investigamos un miedo, podemos descubrir que va teniendo menos fuerza que antes. Eso hace que sea mucho más fácil enfrentarlo. Sólo podemos enfrentar un miedo con sabiduría, amor y acción. Por ejemplo, si tengo miedo a hablar en público, para poder superar el miedo debo investigar qué es lo que está detrás de ese miedo. Es el miedo al ¿qué dirán? ¿a que se burlen? ¿porqué es tan importante para mí la aprobación? ¿qué otras cosas en mi vida dependen de la aprobación? ¿cuándo comenzó ese miedo? etcétera. Una vez analizado todo esto, ojalá con el apoyo de un Coach, podemos desenmascarar el miedo e ir quitando capa por capa hasta encontrar su raíz. Encontrar la raíz del miedo puede llegar a ser muy liberador, porque nos entrega la energía escondida detrás de él: la confianza. Esto nos permitirá estar más seguras para tomar acción y enfrentarlo; en realidad, enfrentar un miedo no es más que ir y hacer lo opuesto a lo que el miedo indica: ir y hablar en público.
Existen diferentes tipos de metodologías para enfrentar los miedos, para mí lo primero es analizar, utilizar un poco de sabiduría y atacar el miedo en su fuente: la mente. Luego de analizarlo, con un poco de amor, es decir, de autoconfianza, puedo entonces entrar en acción y cambiar por completo mi vida. Al enfrentar un miedo le damos fuerza a la vida y no a la muerte. ¡Haz tu lista de miedos y sal a conquistarlos!