Todas buscamos personas que nos apoyen, sobre todo a salir del sufrimiento interno. Ese sufrimiento por lo general viene en forma de depresión, rabia, tristeza o incluso, en falta de confianza. Pues en realidad todas queremos sentirnos seguras y en paz. En el fondo queremos poder decirnos a nosotras mismas: “tranquila, todo va a estar bien”, pero sabemos que no es suficiente que nos lo digamos nosotras, necesitamos que alguien más nos apoye y nos aliente diciéndonos: “tu sí puedes”, “yo confío en ti”, “tu eres capaz”, “tienes todo el potencial”, “no tengas miedo, yo te cuido la espalda”.
La verdad es que necesitamos que alguien nos apoye a descubrir un espacio interno donde nos sintamos seguras, un espacio muy adentro, donde nos creamos capaces de hacer las cosas. Ese espacio interno se llama: autoestima.
Necesitamos de alguien que nos enseñe a liberarnos de nuestros saboteadores, a pensar en positivo, a confiar en la vida y en la existencia. Alguien que nos apoye a encontrar nuestros talentos, que nos enseñe a vernos con buenos ojos, a confiar en nosotras mismas y a amarnos. Alguien que nos recuerde que sí podemos, que nos de esperanza y que nos apoye a darle fuerza a nuestros sueños. Necesitamos de alguien que nos enseñe que la lucha no es afuera, la lucha en con nuestra rabia interna, con nuestro egoísmo interno y sus secuaces. Alguien que nos enseñe a ver los grandes obstáculos como pequeños.
Por eso siempre buscamos a nuestro grupo de amigas, un terapeuta o un Coach. Cuando encuentres a esa persona que te conecte con ese espacio interior, donde nace la seguridad, la confianza y la entrega total, no la dejes ir, pues es el guía que te muestra el camino de retorno hacia tu corazón. Y sólo ahí, en ese espacio interno, puede haber una verdadera autonomía. Porque al encontrarlo ya puedes confiar de verdad, porque hay amor en ti, un amor sublime, un amor verdadero; el amor a mi misma.
Confiar es una entrega TOTAL que viene desde el amor más puro y verdadero. Comienza por confiar en el otro, para luego poder confiar total y plenamente en ti misma. Un bebé no tiene ninguna otra opción más que confiar en su madre y padre ¿Qué tal si regresamos a esa época cuando éramos bebés y confiáramos en el otro y en el universo de igual manera que lo hicimos al nacer?
La confianza viene de la aceptación, viene del amor y la entrega, viene de la relación con nuestra madre.