El símbolo de la rueda del Dharma es una Mandala.
El Mandala perfecto nace del equilibrio, al adquirir la
abundancia que viene de las
Cuatro Direcciones o Fuerzas Secretas del Universo,
la abundancia de la tierra y del cielo, de la luna y del sol.
El Mandala forma un Círculo Perfecto,
y a través de estas Cuatro Fuerzas encontramos el CENTRO.
Medita estos días y examina profundamente tu vida y tu interior.
Pide a estos cuatro Grandes Ancestros del Universo que te guíen con su luz, con su fuerza y objetividad.
En el Mandala aprendemos a vencer la dualidad,
porque integramos el aspecto femenino y masculino de la existencia; el Este y el Oeste, el Norte y el Sur, se unen en una danza en nuestro interior.
Aprendemos a ser mediadores y servidores
de la tierra y del cielo, creando el puente perfecto.
El Mandala nos lleva a encontrar el camino del medio, equilibrando al Guerrero-Líder y al Servidor-Amante, al Chamán y al Meditante.
Todos los caminos se unifican en esta gran celebración, formando un Todo, un Arco-Iris con los colores y los rayos del sol.
El Mandala nos recuerda la perfección,
aquella que nace de la belleza cuando ya hemos cultivado la integralidad.
Analiza y evalúate honestamente,
¿Qué es lo que te falta equilibrar: la tierra o el cielo, la luna o el sol?
Extraído del Libro: Sutra del Solsticio de Suryavan Solar.
La Tierra representa la conexión con lo material, con nuestro cuerpo y la naturaleza.
El Cielo representa la conexión con la enseñanza, con nuestros guías y nuestro espíritu.
El Sol representa la energía masculina de la acción, la fuerza, la voluntad, el coraje.
La Luna representa la energía femenina de la pasividad, la meditación, contemplación y el arte.