¿Qué hacer cuando nos sentimos rechazadas?

Desde que nacemos hasta que morimos vamos a tener que enfrentar situaciones de rechazo, estas van desde el bullying que nos hacían en el colegio, pasando por los novios que nos echaron, los grupos que nos excluyeron y hoy en día, hasta los clientes que no quedaron satisfechos.

Recibir demasiadas situaciones de rechazo en nuestra vida puede causar heridas o traumas y puede generar problemas al incorporarnos en la vida social, como aislarnos e incluso dejar de confiar en las personas y en nosotras mismas.

1- Deseo constante de aprobación

Cuando la herida del rechazo es muy fuerte, comenzamos a vivir constantemente buscando la aprobación de los demás en todo lo que hacemos. En las relaciones de pareja buscamos complacer al otro en todo, y en el trabajo no somos capaces de decir “No”, por lo cual terminamos diciendo que sí a todo. Vivimos en búsqueda de querer ser vistas y reconocidas, es decir buscar la fama a toda costa.

2- Invisibilidad

Sin embargo, también puede suceder todo lo contrario al caso anterior. Cuando tenemos mucho miedo a ser rechazadas, adoptamos la capa de invisibilidad de Harry Potter para pasar desapercibidas ante los demás. Nuestro lema se convierte en: “Si no me ven y no me involucro, entonces no me hieren”. En este caso tendemos a hacer las cosas solas para evitar trabajar en equipo y sentir que en algún momento nos puedan desaprobar.

3- Las reacciones del rechazo

Cuando somos rechazadas, por lo general, reaccionamos con tristeza o con rabia, y sentimos una especie de ardor en el pecho. Nos sentimos ofendidas “¿Cómo así que ya no le gusto a esta persona?” Y comienzan a aparecer una serie de pensamientos adictivos en nuestras mentes, acerca de lo que hicimos mal y comenzamos a cuestionar nuestro valor. Todos estos síntomas indican que hay una herida, la herida del rechazo.

4- Sanando el rechazo

Justamente para sanar esa herida debemos revivirla una y otra vez hasta poder comprender su origen. Pues lamento informarles que sólo podemos investigar el origen de una emoción cuando la sentimos en el mismo instante. Así podremos observar qué es lo que nos duele y porqué nos sentimos ofendidas o nos tomamos la situación de forma personal. Sí yo sé, investigar una herida duele, pero justamente al revivirla tenemos la mejor oportunidad para sanarla.

5- La realidad sobre el rechazo

La realidad es que todos tenemos derecho a alejar personas de nuestras vidas, elegir el equipo de trabajo que queremos y seleccionar nuestras amistades. Entonces, al igual que nosotras tenemos ese derecho, los otros también y algunas veces será a nosotras a quienes rechacen, excluyan o alejen. Queremos que todo el mundo nos ame, pero la realidad es otra, hay personas que nos van a amar y otras que no.

6- Foco en el futuro

Cuando tomamos la siguiente frase como verdad: “Todo sucede por alguna razón”, podremos sobrellevar mejor cada rechazo, ya que nuestra mente se va a enfocar en pensar que lo que sucedió fue lo mejor para mí. Como consecuencia, voy a pensar que esa situación me va a traer muchos más beneficios en el futuro que quedándome en ese trabajo, con ese cliente o en esa relación.

7- El rechazo forja al autoestima

Imagínate todos los “No” que ha recibido un hombre desde la adolescencia cada vez que quiere sacar a bailar a una chica, o las negativas que ha recibido un vendedor o un telefonista de call center. Cada rechazo es una oportunidad para forjar nuestra autoestima, fortalecernos y no para desistir en el primer intento. Cada “No” brinda una fuerza extra de rediseño y de introspección. Gracias a los “No” podemos mejorarnos cada día y aprender a no engancharnos en muchas situaciones hasta lograr que no nos afecten.

A nadie le gusta ser rechazado, sin embargo, es un proceso por el cual todos debemos pasar en la vida. Pues vamos a recibir muchos “No”, y estos nos apoyarán a forjar nuestra autoestima.

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