Cuando la luna llena se asoma
los amantes despiertan bajo su luz,
dos almas inocentes se escapan en la noche
encontrándose a escondidas en la llanura.
Hadas y silfos son testigos de la atrevida y romántica hazaña.
Tendidos en el suelo contemplan el cielo
y en profundo silencio, se perciben el uno al otro.
Los silfos, juguetones y presentes en el momento
desatan una suave brisa que los amantes
usan como excusa para acercarse un poco.
Y en profundo silencio surge el anhelo
de mantenerse en contacto deslizando sus manos
en el pasto hasta sentir el calor del otro,
mientras que las hadas se ríen en el fondo…
Con susurros sus corazones se juntan,
evidenciando la cercanía de sus cuerpos.
Los labios de ella bendicen el cuerpo de él,
la respiración se hace lenta, para poder sentirse
y percibirse en total presencia.
La noche se hace cada vez mas fría,
haciendo que los amantes salgan del lugar de encuentro.
Pero de regreso, el anhelo de mantenerse en contacto
hace que sus manos se junten en lo eterno.
